Conversamos con Rebeca Rodríguez García, Responsable de la escuela de Factoría F5 en Asturias, sobre los proyectos pedagógicos, los contenidos, los objetivos, el impacto de Factoría F5 en la región y los planes a futuro.
¿En qué contenidos se centran los proyectos pedagógicos de Asturias F5?
Se realizaron 3 proyectos en equipo donde lo que se ofrecieron fueron soluciones tecnológicas a necesidades de 3 entidades sociales. La primera fue para Un Mar de Niebla una entidad que trabaja en un barrio muy industrial donde lo que se hizo fue una plataforma web para compartir recursos entre entidades sociales. Fue muy gracioso porque cuando hicieron la presentación del proyecto el cliente les dijo que, además de estar muy contento con el trabajo, sentía que era el Wallapop de la zona oeste de Gijón.
El segundo proyecto fue una web app para brindar una solución para el seguimiento de personas adultas con asperger. Había necesidades puntuales y comentaban que no tenían una herramienta o una plataforma para hacer ese seguimiento de tareas rutinarias de las personas con las que trabajan. Utilizando esta web app el equipo técnico puede ir configurando cuáles son los retos que diariamente cada persona tiene que realizar y de manera gamificada las personas usuarias de la app podrán informar cuáles van completando. Va desde coger el autobús a hacer la compra o lo que el técnico o técnica defina.
El tercer proyecto fue para Factoría F5. Hemos aportado una solución de automatización para el proceso de inscripción y onboarding de una persona que va a un bootcamp. Es un proceso largo donde se deben completar determinados ejercicios y es importante poder ir viendo cuál es la evolución y trazabilidad de una persona sin tener que estar pasando por distintas apps y herramientas.
¿Qué beneficios aporta Asturias F5 a la región?
Lo primero es que somos la única formación de Asturias dirigida a personas que sin conocimiento pero con mucho interés en la tecnología pueden tener una posibilidad laboral de calidad. No solo eso sino que también ofrecemos beneficios a las empresas en el sentido de que nuestro programa está adaptado a sus necesidades técnicas. Analizamos cuáles son los perfiles que necesitan y enfocamos nuestras formaciones a la inserción laboral de personas en situación de vulnerabilidad.
¿Qué cambió desde el primer bootcamp hasta hoy?
Teniendo en cuenta la mejora continua vamos analizando y mejorando nuestra práctica diaria para poder ofrecer la la mejor solución y adaptarnos a cada grupo. El mayor cambio que hemos notado es que no solamente se inscriben personas que pueden ser susceptibles a formar parte de nuestro programa. Se está incrementando muchísimo el número de inscripciones y el interés de la población asturiana y también de las empresas. Hemos tenido muchísima participación en nuestro último Digital Talent Day de empresas asturianas que por primera vez se acercan a conocer perfiles junior que formamos en Gijón.
¿Cuál es el objetivo principal de los proyectos pedagógicos de Asturias F5?
El objetivo es doble. Por un lado es un objetivo de trabajo interno del propio bootcamp. Buscamos hacer visible la evolución técnica que tienen los y las coders, trabajar en equipo, poner en práctica todo lo que se ha trabajado durante los meses anteriores y demostrar a las empresas cómo nuestros y nuestras coders pueden trabajar de manera autónoma un proyecto y producir una solución. También buscamos devolverle a la sociedad lo que nos está dando y ofrecer soluciones técnicas a entidades sociales.
¿Cuál es el enfoque de los bootcamps?
Siempre es la empleabilidad y la inserción laboral. Entendemos qué es lo que necesitan las empresas y cuáles son los lenguajes de programación que más se utilizan. Además, fomentamos el pensamiento como desarrollador o desarrolladora no solo centrado en un lenguaje sino que buscamos que puedan adaptarse a otros lenguajes. El enfoque de las competencias transversales es trabajar no solo lo técnico sino también facilitar el mantenimiento de un puesto de trabajo. Siempre enseñamos desde la pedagogía activa, desde el descubrimiento, el trabajo por iguales y el trabajo en equipo.
¿Cuál es el perfil del estudiante promedio de Asturias F5?
No tenemos estudiantes promedio. Tenemos muchos perfiles. Somos diversos y diversas y es esta heterogeneidad la que hace que sea muchísimo más rico el trabajo. Hay personas jóvenes desde los 18 años a personas con experiencia profesional y 51 años. Hay personas que no tienen titulación y personas que tienen titulaciones universitarias de otros sectores. Hay personas sin experiencia laboral previa, personas con mucha experiencia, personas asturianas y personas que vienen de muchísimas partes del mundo. No hay nada mejor que la diversidad. La sociedad es diversa, el bootcamp de Asturias es diverso.
¿Qué planes hay para el futuro?
Lo principal es poner la vista en seguir dando oportunidades a cada vez más personas. Queremos replicar el modelo con el Ayuntamiento de Gijón que ha funcionado pero no solamente eso sino dar opciones a todas las personas que por necesidades económicas o por vivir en cualquier rincón de Asturias no pueden acceder a una formación de este tipo. Queremos seguir ayudando a que en Asturias se desarrolle el talento digital inclusivo.
¿Qué le dirías a alguien que quiere anotarse pero está dudando?
Le diría que participe en los talleres de iniciación al código de Factoría F5 para darse cuenta si este sector le gusta. y lo siguiente que para adelante que aquí no hay miedo que estamos para trabajar de manera grupal e individual, que es posible, que los datos lo demuestran, que no hacemos magia, que es muchísimo esfuerzo pero que puede cambiar su vida.
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